sábado, 2 de noviembre de 2013

Finales inesperados...

Fin de semana, noche de antro, salida del trabajo, fugas urgidas. La noche corre como se esperaba, tragos, compañeros, distracciones, tal como la pensaba.
 
La madrugada avanza, hora de partir, el ultimo trago antes de salir, no hay choferes asignados, todos resignados a seguir tomando, por lo menos es lo que pensaba.
 
Manejo tranquilo, exceso en precauciones, luces de colores de la nada aparecen, la consigna... detenerme.
 
Oficiales mal encarados, tratos como delincuente, documentos solicitados, todos presentados.
 
Esposado, manipulado como traficante armado, llevado a la parte trasera de la patrulla, mi vehículo detenido, también secuestrado.
 
Vueltas eternas, sin destino aparente, amenazas continuas, solo atemorizando, describiendo lo que me espera...
 
Se detienen en un predio, terreno vacio, me sacan como bulto, golpes ahora suplen el martirio. Vacian mis bolsillos, cartera, tarjetas, todo revisado, todo atracado.
 
Toman datos personales, direccion del hogar que nunca debi dejar, mas datos, todo lo que me pueden sacar, arrodillado en el piso, vencido, humillado, respuestas que solo con golpes saben sacar.
 
Mareado por tratos que no conocía, rezagos de fiesta quedaron atras, sobriedad obligada, preguntas precisas, esto no es casualidad.
 
Llegan refuerzos, relevos de compañeros cansados de pegar,  de entre todos un rostro familiar, un afanador, nadie especial, un pobre diablo del que en la oficina todos abusamos, un perdedor que del pasillo nunca salio, todos lo pisoteamos, todos propasados.
 
Un tipo que no valia la pena de cuidar, testigo sin cuidado de manejos de dinero, cantidades que pocos tenemos el privilegio de manejar...
 
Toman tarjetas de acceso, codigos de seguridad, el pobre diablo ahora convertido, transformado, el jefe de la escoba es el jefe de la banda, ordenes precisas, todos obedientes. El que siempre menosprecie es ahora el dueño de mi ser.
 
Horas pasaron, todos los datos ya repasados, horarios, codigos, accesos, montos, todo lo que mi disciplinado puesto siempre manejo, siempre tuvo a la mano y siempre guardado en su mente, tal como siempre lo presumi, tal como ahora todo lo acaban de exprimir.
 
Amarrado, amordazado, veo sus rostros satisfechos, tienen lo solicitado, ya no soy necesario.
 
Ahora todo comprendo, no todos salimos a festejar, unos brindamos y otros planearon, fui preparado, momentos precisos, coordinados los compañeros decidieron la fiesta terminar, raro se me hizo tanta responsabilidad, mañana tenemos que trabajar, es mejor que nos retiremos del lugar!...
 
A quien voy a llevar? nadie me quiso acompañar, que suerte pense yo, nadie me quiso molestar! es la ventaja de ser el jefe, lo bueno de marcar mi lugar, que iluso, solo fui preparado como un macabro manjar...
 
Ahora aqui estoy, arrodillado ante la vida por mi orgullo de siempre demostrar lo importante que soy, de todo el dinero que puedo manejar!
 
A quien como empleado siempre desprecie es quien ahora decide por mi ser, solo le escucho decir... no es nada personal, solo negocios por cerrar.
 
Un ruido sordo y todo oscuridad, balazo, desenlace fatal... Una noche de antro y orgullo con tragico final.
 
 
 


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