lunes, 29 de junio de 2015

Invariablemente...

Te amo con mi vida, porque mi vida sin ti, no es vida. 

Te amo con el corazón, porque reconozco y acepto cada una de tus debilidades.

Te amo con la cabeza, porque estoy consciente de cada una de tus fortalezas.

Te amo con mis manos, que cada día descubren nuevas formas de recorrer tu cuerpo.

Te amo con mi cuerpo, que vive de fundirse con el tuyo; compartiendo mieles, olvidando el tiempo, saboreando el momento.

Y te amo con mis pies, porque no importa lo que hagas, no importa lo que yo piense… Mis pasos, invariablemente, siempre me llevan hacia ti.





martes, 23 de junio de 2015

Nada que reflejar...


Estaba parada, viendo a esa mujer acostada que tenía una gran sonrisa en la cara, una sonrisa que la hacía sentirse incomoda - Esa sonrisa es una exageración - Pensaba, mientras tenía su vista clavada en la incomprendida sonrisa. 

Sin pensarlo dos veces, movió su mano hasta meterle un par de dedos en la sonrisa, sacó unos palillos que servían como soportes, poniéndolos al revés y metiéndolos de nuevo en la boca, para lograr ahora una mueca que parecía de reproche; se le quedo viendo un instante y moviendo la cabeza de un lado a otro, metió de nuevo los dedos para deshacer el gesto malhumorado que había creado.

Ahora la mujer tendida no tenía expresión, simplemente no reflejaba nada. Después de todo, no tenía nada que reflejar, solo los momentos de ocio que tenía la persona… Que la iba a embalsamar.




lunes, 22 de junio de 2015

Un día del padre…

Era el día del padre, un domingo muy temprano. Él se levantó, se bañó; se vistió con ropa nueva que tenía guardada, preparada solo para usarse en un día especial. 

Se vio en el espejo cuando estuvo listo, aprobando la imagen impecable que reflejaba, una coqueta media sonrisa fue el Ok final; tomó las llaves de su coche, salió de su casa y partió rumbo a las salas de cine que le quedaban más cerca. Iba a buscar la primera función, no importaba cual película fuera, era solo para ocuparse en ese día tan especial... Donde no existían hijos que lo pudieran celebrar.










viernes, 12 de junio de 2015

¿Margaret?..

Un señor entrado en años iba caminando por la calle. Eran las cinco de la tarde, tenía toda la tarde de estar caminando. De pronto escucho que dos personas le gritaban del otro lado de la calle, eran dos jóvenes que con rostro serio le gritaron de nuevo, el volteo a verlos, no reconoció a ninguno de ellos por lo que siguió su camino.  

Los jóvenes, al ver que no se detenía, empezaron a cruzar la calle para alcanzarlo, él, al ver su movimiento, empezó a caminar con más prisa, hasta intentar correr, pero no se lo permitieron sus ancianas piernas.

Los jóvenes lo alcanzaron, cada uno lo tomo de un brazo, el anciano, al sentirse atrapado, empezó a gritar pidiendo auxilio. Ellos intentaron callarlo, pero el instinto de supervivencia del veterano era mayor que los vanos intentos de silenciarlo. Uno de ellos tomo su móvil e hizo una llamada, mientras su compañero seguía con los intentos de callarlo.

La desigual pelea hizo que se empezaran a juntar gente a su alrededor, gritándoles para que dejaran al anciano quien no paraba de gritar. Los jóvenes, al ver como se empezaba a juntar la gente, empezaron a caminar, jalando al viejo por los brazos. Él se rehusaba por lo que lo llevaban con los pies arrostrando, y no paraba de gritar.

Varios espontáneos se armaron de valor y enfrentaron a los jóvenes, exigiendo que soltaran al anciano, otros más se sumaron a los imprevistos defensores, quienes se los quitaron de la manos, sentando al anciano en el suelo mientras sometían a los secuestradores.

Estaban en medio de la trifulca cuando llego una camioneta, de la que bajaron una pareja madura. El hombre les grito a la gente que soltaran a sus hijos mientras la mujer se agachaba con el anciano a quien le decía - Papa ¿En dónde habías estado? Tenemos todo el día buscándote, estaba muy asustada pensando que te había pasado algo - Mientras lo abrazaba llorando desconsoladamente.

El viejo la veía, con una mirada perdida, sin saber quién era ella, sin reconocerla. De pronto hizo el intento de pararse, no recordaba cómo había llegado ahí, ni quien era la que tenía enfrente. Lo único que sabía era que se le hacía tarde para pasar por su pequeña hija al colegio, porque su esposa le había avisado que no iba a poder ir a recogerla.

La hija, cuando vio que intentaba pararse su padre, lo soltó. El viejo se paró, hizo un intento de moverse, pero de nuevo se quedó quieto. El rostro lloroso de su hija se le hizo conocido, extendió una mano para tomar las manos de su hija y con un susurro de voz le dijo - ¿Margaret? - La hija, al escuchar el nombre, se abrazó a su padre, llorando profundamente, al haber escuchado de labios de su viejo... El nombre de su fallecida madre.






jueves, 11 de junio de 2015

#ConfiesoQue



Confieso Que me casé pensando que el amor era eterno... Y que me divorcie comprobando que hay que podarlo diario, para que siga creciendo.