Esta por cumplir sus Quince Años, casas de lamina y cartón forjadas en
anhelos, vidas llenas de carencias, pobreza que le ha negado todo, miseria que
alimentan sueños y afianza ilusiones
Emocionada se arregla en el fragmento de espejo que refleja esperanza, su
abuela es su única cómplice, la única que tiene conciencia de su existencia y la
única que no la lamenta...
Llega el día esperado, por fin quince años! sabe que es la fecha especial,
el día tan soñado! se levanta muy temprano, empieza a colgar adornos mal
cortados, algunos de periódico, otros de cartón, no hay colores brillantes, solo
colores opacos iluminados con la ilusión de quien con tanta emoción los va
colgando.
Su salón de fiestas es solo un pedazo de tierra, rodeado de miseria. Niñas
que se suman al trance colectivo, todas emocionadas, todas ilusionadas.
Terminado el salón improvisado todas las pubertas corren a arreglarse,
buscando los vestidos menos raídos, rezurcidos mal hechos con colores ajenos,
ropas desgastadas se convierten en las mejores galas, no hay vals, no hay
chambelanes, todos ocupados están en el basurero municipal.
Risas inocentes llenan el festejo, bailan entre ellas, mujeres ya hechas en
cuerpos de niñas, niñas que se niegan a crecer, niñas obligadas a crecer.
La festejada feliz y orgullosa lista para la fotografía del recuerdo,
cámaras de cartón mal hechas no paran de tomar imágenes que solo se revelaran en
la mente de cada una de ellas, felices, juntas, hermanas en la pobreza.
La niña convertida en mujer, la mujer atrapada en el cuerpo de niña, la
niña a la que le arrebataron la niñez... Feliz junto a sus dos hijos posa.
Me ha encantado esta historia , tienes toda la razon lo importante es ser feliz no importa el escenario, si no lo que sientes en tu interior.
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