La luz del sol que le pega directamente lo empieza a despertar, un dolor de
cabeza le informa que no va a ser un buen levantar, abre los ojos y empieza a
recorrer con la mirada el lugar en donde está, se encuentra acostado en un
sillón, con la ropa del día anterior aun puesta, a un lado ve una mesa llena de
botellas de licor, por instinto busca su cartera confirmando lo que siempre
lamenta, está vacía, tenía el pago completo de la renta y ahora amanece sin
nada.
Se levanta aun intentando reconocer el lugar, no recuerda nada, el ultimo
recuerdo que tiene es del bar donde celebraban el cumpleaños de un antiguo
compañero de trabajo, va a la cocina por un vaso con agua y hace un recorrido
por esa casa desconocida, ve un pasillo y al final varias puertas, lo recorre e
intenta con la primera, la abre y da a un baño sucio y vomitado, intenta con la
siguiente puerta que está cerrada con llave, continua con la que sigue y al
abrirla ve a una persona que tampoco reconoce, está profundamente dormida, la
cierra e intenta en la última que abre, ahí ve a una pareja desnuda,
completamente dormidos, nadie conocido, cierra la puerta y sin tener la menor
idea de donde se encuentra de nuevo pasa al baño, se lava la cara, se intenta
peinar el alborotado cabello, se alisa su arrugada ropa y sale a la calle
buscando orientarse.
Fue un amanecer que se está volviendo normal en su forma de beber, las
primeras veces despertaba en casas de amigos, de conocidos o parientes cercanos,
después, con el tiempo, ya no le importaba con quien tomara, mientras le
siguieran la fiesta él no tenía problema de sentarse en cualquier mesa, así ha
perdido relojes, cadenas y varias carteras...
Tiene mucha facilidad para entablar platica, fácilmente se maneja con
muchos temas, en sus momentos de sobriedad acostumbra a leer de todo por lo que
puede conversar de cualquier cosa, con gente de todos los niveles, con quien se
le ponga enfrente.
Logra entrar a trabajar a una agencia de autos nuevos, vende automóviles
con una gran facilidad, su trato amable y la empatía que despierta en su forma
de hablar no están condicionadas a estar tomado, estando sobrio también resulta
un gran conversador, algo indispensable para cualquier vendedor, esto le ha
generado muy buenas ventas, ya lo han intentado despedir por faltar sin avisar,
pero sus buenas ventas lo han salvado de ser despedido, ahora ha sido coronado
con un premio por haber logrado las mejores ventas, le ha tocado un viaje a la
playa con todo pagado…
El hotel es de cinco diamantes ubicado en una playa del caribe, las
habitaciones van de acuerdo con el lujo que distingue a ese lugar, cuenta con
diferentes tipos de restaurantes, con comidas a la carta y uno que es buffet,
tiene un centro nocturno con una variedad diferente cada noche, es un lujoso
todo incluido, donde la comida y la bebida están disponibles las veinticuatro
horas del día...
El arriba al medio día, se registra, llega con una felicidad que no le cabe
en el cuerpo, es un logro personal en su vida profesional después de la vida tan
irregular que ha llevado, es una clara esperanza para corregir su camino, por
primera vez en años se fija un nuevo objetivo, a partir de ese momento decide
dedicarse a cambiar su destino.
En su habitación se cambia y parte a la playa, entra al mar y nada un rato,
se acuesta en un camastro con la mirada perdiéndose en el horizonte, pasea su
vista en las hermosas bañistas, es un día maravilloso, un día que disfruta sin
una sola bebida.
Come algo ligero solo para pasar la tarde, por la noche parte de nuevo a su
cuarto para vestirse adecuadamente, en la playa conoció a una bella dama y han
quedado de verse en un restaurante de comida Italiana, se viste cómodamente y
acude puntual a la cita.
Cuando llega al restaurante se queda maravillado del elegante lugar, piden
unas entradas, después unas pastas con ensalada, les ofrecen una botella de vino
cortesía de la casa, un buen tinto con un sabor maduro, una delicia para
acompañar tan finos platillos, el busco ser muy discreto en su forma de beber,
tomando poco, por primera vez en años se detenía en su forma de tomar, pero la
plática era muy agradable, su nueva conquista resulto ser muy simpática, de
inmediato compaginaron, de las pláticas amables no tardaron en pasar a las
pláticas coquetas, platicas coquetas que sin darse cuenta consumieron dos
botellas.
Era vino tinto por lo que no era problema para alguien tan habituado a la
bebida, no se sentía ebrio, pero sí muy contento, salieron del restaurante y
anduvieron por los espacios abiertos, ya iban caminando de la mano, ya los
toqueteos, los abrazos, los besos ligeros formaban parte de su andar, el no
cabía en sí de tanta felicidad...
Caminaban sin rumbo fijo, solo disfrutando su mutua compañía, pasos sin
destino definido que los llevo a la playa, vieron las estrellas, abrazados,
opinando de lo grande que se veía la luna, caminaron por la orilla hasta llegar
a la entrada del centro nocturno del hotel, vieron las mesas que daban al mar,
había una orquesta tocando en vivo, el destino ideal para sellar esa noche
perfecta...
Entraron, se sentaron en una mesa que daba a la playa, con el marco de la
luna reflejada en el mar, no pudieron evitar el brindar con champaña, todo era
tan perfecto, todo tan ideal, tan soñado, riendo, gozando, sintiendo la magia
que solo da una noche estrellada a la orilla del mar...
Exaltados por las burbujas de la champaña no tardaron en hacer platica con
otra pareja que también celebraba, para cuando terminaron la segunda botella
todos eran ya mejores amigos, las mujeres ya iban al baño juntas, los hombres
bromeaban con la mesera que los atendía, opinaban de la belleza de las mujeres
presentes, la noche avanzaba, una tras otra fueron desfilando las botellas. Se
turnaban grupos para amenizar el lugar por lo que la música nunca dejaba de
tocar, todos se pusieron a bailar, ahora tomaban como si el mundo se fuera a
terminar...
Poco a poco se fue despertando, estaba dormido de lado, abrió los ojos y
vio una pared blanca, sin nada más, se dio cuenta de que estaba acostado en el
piso, levanto la mirada, intentando reconocer el lugar, como siempre lo hacía,
como ya se le había hecho una costumbre, en el techo vio unas lámparas de luz
incandescente, a un lado había una banca, quiso levantar la mano pero no pudo,
con horror vio que la tenía esposada a la pata de la banca, atrás de él había
una reja, por fuera un desfilar de policías uniformados pasaban constantemente,
se sentó sintiéndose muy mareado, lo último que recordaba era cuando todos
estaban bailando, de cómo se reían cuando solos se caían de lo borrachos que
estaban, de como más de uno ya les había reclamado por estarlos aventando,
recuerda haber visto a su nuevo amigo discutiendo con un tipo que se veía muy
ofendido... Es lo último que recuerda, se ve las manos y nota que las tiene
magulladas, con cortadas en el área de los nudillos, con la mano libre se toca
la cara porque siente una hinchazón, de inmediato la retira al sentir un gran
dolor cuando se toca el rostro, baja la vista y ve que esta toda su ropa
manchada de sangre, no entiende qué pasó, no tiene la menor idea de lo que
sucedió.
Escucha como abren la reja, traen a otro detenido esposado, lo sientan en
el banco y se voltean para dirigirse a él, sin decir nada le abren las esposas
para levantarlo como si fuera un muñeco de trapo, lo pasan a otra celda, donde
lo sientan en una mesa, le dan unas hojas en blanco y le exigen que escriba
detalladamente todo lo que paso…
Él les dice que no recuerda nada, que no tiene la menor idea de lo que
paso, con cara de fastidio y de mala gana le informan que está detenido por
haber matado a su novia, que hubo una pelea en el bar del hotel, le aseguran que
tienen testigos que informan que él junto a otra persona habían iniciado un
pleito, que en medio de la trifulca él había tomado una botella vacía con la que
amenazaba a diestra y siniestra, le dicen que los testigos aseguran que su novia
se le había acercado por la espalda para intentar tranquilizarlo, pero de lo
borracho que andaba él respondió con un botellazo, sin mirar a quién se lo
daba…
El no podía creer lo que estaba escuchando, sintió como todo se puso
blanco, tuvieron que sostenerlo cuando casi se desvanece, quien lo estaba
interrogando le exigía que diera su declaración, su versión de los hechos, él
solo lo volteó a ver, con una mirada hueca, sin vida, conectada a una mente
completamente vacía, los policías fastidiados lo sacudieron, gritándole que les
dijera cómo todo había sucedido, él llorando se quedó sin palabras, les dijo que
no tenía nada qué declarar… Que no podía ni por lo menos el nombre de ella
recordar.
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