Son las nueve de la mañana, está amaneciendo del festejo de fin de año,
despierta en una habitación que no reconoce, con una mujer desnuda, acostada a
su lado, también desconocida.
De inmediato busca su cartera y su teléfono celular, se tranquiliza cuando
se da cuenta que no le falta dinero y que su costoso móvil está en la bolsa del
pantalón.
Intenta acordarse de qué paso, de quién es ella, pero es imposible, su
último recuerdo fue pasado de la una de la mañana, después de la cuenta
regresiva del Nuevo Año, cuando todos los invitados cambiaron del champagne al
tequila.
Levanta la sábana para ver a la mujer, es delgada, un cuerpo cuidado por
horas en el gimnasio, está completamente desnuda. Las hormonas de su cuerpo
reaccionan ante lo que está viendo.
La tapa y se sienta en la cama, aparentando ser una copia satírica de Le
Penseur de Auguste Rodin. No sabe cómo reaccionar, qué decidir, qué hacer. Lo
más razonable hubiera sido vestirse y salir de ahí, pero tenía a una mujer
desnuda en la cama, que si bien no tenía la menor idea de quién era, sí estaba
seguro de que era una belleza la que estaba ahí dormida.
Se levanta y toma su pantalón y su camisa, hurgando entre las bolsas,
intentando encontrar algún indicio de lo que sucedió esa noche; pero solo
encuentra algunas monedas, una cajetilla de cigarros arrugada, la invitación a
la fiesta de fin de año y un papel doblado que está todo arrugado; con una
sonrisa lo desdobla, era su lista de propósitos para el Año Nuevo.
Como número uno venía Ya no perderme en las borracheras, seguido por dejar
de fumar, hacer ejercicio y conocer a una buena mujer para iniciar una familia.
Es la mañana del primero de enero, el primer día del nuevo año, ve de nuevo la
lista, después toma la cajetilla de cigarros, esta toda arrugada, pero esta
nueva, no ha sido abierta, por lo que hasta ese momento no ha faltado a ese
deseo de ya no fumar.
Intenta de nuevo recordar cómo fue que llegó ahí, pero de nuevo se da
cuenta que es inútil, no recuerda absolutamente nada. Ve la lista, como si
estuviera resaltado con negritas, el primer propósito se le restriega en su
consciencia; Ya no perderme en las borracheras. Empieza a sentir un
remordimiento que se hace más grande con la resaca que está sintiendo, de nuevo
ve la lista, de pronto su cara cambia con una gran sonrisa; toma una pluma que
ve en una mesita que está a un lado del colchón, hace una anotación en su lista
y triunfante se mete en la cama, abrazando a la dama.
Dejando su lista de voluntades del Año Nuevo a un lado, intacta, sólo le ha
agregado un "Cumplido" escrito a un lado del último de sus propósitos... El
Conocer a una buena mujer para iniciar una familia.
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