Ese animal aprendiz de cazador tenía atrapada a una presa,
la tenía agarrada del cuello, intentando fracturárselo con su quijada. El
animal luchaba para salvar su vida, el instinto de supervivencia lo obligaba a
luchar desesperadamente, pero se topó con ese carnívoro que era más fuerte… Pero
con poca experiencia; por más que intentaba matar a su presa, le era imposible hacerlo.
No tenía los colmillos lo suficientemente desarrollados como para poder fracturarle
el cuello, ni siquiera la fuerza en la quijada para matarla asfixiándola.
La lucha siguió, pero el cansancio venció al cazador quien
solo dejo ir a su asustada presa. El pequeño venado salió corriendo, saltando
hasta desaparecer en la distancia.
El frustrado cazador vio cómo se alejaba su cena – Demonios,
tan fácil que se veía en la televisión – Se decía lamentándose, mientras se iba
quitando el disfraz de leopardo que había rentado, para ir a ese zoológico para
niños en el que se había colado.
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