Hoy soy feliz... De tener las mismas cosas, de dedicarme a lo mismo. De seguir sin tropezar con la mujer amada, de contar con los mismos amigos. De vivir en la misma ciudad, de habitar la misma casa. De tener los mismos muebles, de no variar nada.
Hoy soy feliz... Porque comprendí que la felicidad no la daban las cosas nuevas, ni la traía una nueva pareja. Tampoco llegaba con nuevas amistades o se encontraba en otras ciudades. Mucho menos se lograba con una casa nueva o cambiando el mobiliario de siempre, incluyendo mi mascota.
Hoy soy feliz... Porque aprendí a disfrutar de lo que la vida me había dado, de mi familia, de mi trabajo. De disfrutar conocer nuevas personas, sin buscar una compañía mas allá de una bella sonrisa. Del gusto de saludar a quienes tan bien me conocían, donde no hay necesidad de aparentar nada, donde una palmada en la espalda valía mucho mas que mil palabras. De sonreír mientras manejo en una ciudad que la conozco como la palma de mi mano, donde sé donde se encuentran cada uno de esos antojos del fin de la jornada de trabajo.
Hoy soy feliz... De gozar al llegar a una casa que la puedo recorrer con los ojos cerrados de tan bien que la conozco. De reír al ver un ser irracional, brincar de felicidad con tan solo verme.
Hoy soy feliz, porque he dejado de buscar la felicidad en todos esos lugares, donde tanta gente la ha buscado... Y hasta hoy nunca nadie la ha encontrado.
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