domingo, 1 de diciembre de 2013

Celos... que matan

Tirado, con una mano sosteniendo los intestinos empeñados en brotar de la profusa herida que no dejaba de sangrar, abierto el estomago, medio sentado, en una pared recargado...
 
A un lado se ve el arma mortal, un cuchillo de carnicero, lleno de sangre hasta el mango, afilado, alumbrado por la luz amarillenta de la calle maltrecha.
 
A unos metros, viéndolo de frente, se encuentra quien busco su muerte, una bella mujer con el ceño fruncido, con una mirada fría viéndolo desangrar, sin mayor expresión en el rostro, solo la mirada satisfecha de quien consigue su meta.
 
Por que has hecho esto? pregunta el, viéndose la mano cubierta de sangre y entrañas, por que? voltea la mirada buscando sus ojos, la única respuesta es una sola lagrima que sale del rostro helado de la juez que lo ha condenado y ejecutado... Sin un juicio previo, sin la menor oportunidad de defender su caso.
 
Solo unos minutos antes el estaba saliendo de un antro de mala muerte, donde todas las noches puntual a media noche llegaba y partía por las madrugadas, así cada noche, cada día, después de cumplir con la amorosa vista al domicilio de su prometida.
 
Tenían unos meses que se habían comprometido, el era contador de un despacho muy conocido, muy apreciado por todos sus colegas, con prometedor futuro, de su carrera recién egresado...
 
Tenia un mes con esa doble vida, salía de la oficina, llegaba a la casa de la prometida, de donde al antro partía, solo unas horas dormía, así todos esos días...
 
El desvelo ya se hacia presente, profusas ojeras se veían en el joven rostro, agotado por pocas horas de sueño, señales inequívocas que algo no estaba bien, evidencias que la celosa novia empezó notar, respuestas se empezaron a concluir, negras sospechas empezó a intuir...
 
Las pocas horas de sueño también afectaron el libido del joven contador, la guapa joven acostumbrada a ser poseída cuando la oportunidad se presentaba noto que ya no era tan solicitada, definitivamente algo pasaba...
 
Como toda mujer celosa segura de la traición inminente empezó a revisarle detalladamente toda su ropa, documentos, estados financieros, todo aquello que sirviera de evidencia de como ante la sociedad la estaba poniendo en vergüenza...
 
Sus ropas sucias con olor a cigarro solo le afirmaron las sospechas, el prometido no fumaba, no cabía duda, en malos pasos andaba...
 
Una noche como tantas, después de despedirlo amorosamente, espero a que partiera y lo siguió sigilosamente, como tigre a su presa.
 
Lo vio llegar al antro, como todas las noches lo hacia, como puntual asistía, ella sintió como su sangre hervía, como era posible, si solo para ella el ojos tenia, eso incansablemente siempre le decía.
 
Se asomo por la puerta, ahí lo vio, junto a una bella cajera, sonriendo ambos, como cómplices amantes, el algo le dijo al oído, ambos sonrieron y por una puerta se perdieron...
 
Ella enloqueció en ese instante, ya tenían todo para su boda arreglado, las invitaciones todas entregadas, familiares lejanos su asistencia confirmada, todas sus amigas de otra cosa no hablaban, para todas eran la pareja perfecta, no podía ni pensar en esa humillación que ante todo y todos por culpa de su infame prometido estaba a punto de sufrir.
 
No lo podía permitir, no lo iba a permitir, sus padres se iban a morir de vergüenza, sus amigas iban a tener la perfecta venganza de todas esas veces que de ellas se burlo de sus andanzas, no, primero muerta que vivir con esa pena...
 
Con esa determinación partió, llego a su casa buscando el arma para castigar de una forma ejemplar la falta cometida, el condenado había sido juzgado y estaba por cumplirse la fatal sentencia...
 
Tomo un cuchillo que su padre usaba para cortar los costoso cortes de carne con que agasajaba a sus importantes amistades, cegada por la ira, regreso a la guarida de ese amor traidor, afuera espero, pacientemente, como solo las fieras por instinto esperan a sus presas, oculta en la oscuridad, con una aterradora serenidad...
 
El momento llego, el prometido de ese lugar salió, sonriendo, relajado, el muy desgraciado...
 
El sentenciado llego a su automóvil, estaba abriendo la puerta cuando en una voz familiar su nombre escucho, volteo y sin aviso previo una acuchillada recibió, sintió como en sus entrañas penetro,  la herida mortal su piel desgarro y sus intestinos broto.
 
Que has hecho? por que? preguntaba mientras intentaba seguir de pie, intento acercarse a ella, pero como respuesta solo una segunda cuchillada le dio, tropezando hasta una pared llego y ahí se derrumbo.
 
Esto y mas te mereces, de mi no te vas a burlar, ella le grito y el cuchillo de nuevo le clavo, el no tenia la menor idea de lo que su amada le gritaba, solo sentía como su vida poco a poco se marchaba.
 
Unos minutos mas y de lado cayo, las heridas profusas fueron mortales por necesidad, el estomago le abrió y el hígado partió, la agonía fue grande, no por la herida, si no por de quien la recibía...
 
El murió con ese mudo verdugo que satisfecho partió cuando su obra termino, con una serenidad que daba escalofríos, tranquilamente manejo, a su casa llego. Se lavo sin prisas la sangre de sus manos, la ropa manchada se quito, consiente, fríamente consiente de la justicia que fue a ejecutar, con esa frialdad tomo el teléfono y a su padre se puso a marcar... Padre mío, es solo para avisarte que boda no abra, he descubierto a ese infeliz con una mujer en un bar y como tu siempre nos has dicho de mi nadie se va a burlar.
 
Pero hija, de que hablas? que haces despierta a esta hora? tu prometido esta ahora, como desde hace semanas, cubriendo un trabajo provisional, llevando la administración de un bar propiedad de un socio, que por lo peligroso del lugar el ya no podía cuidar, tu novio por todos los muebles que tiene que pagar a ese nuevo trabajo todas las madrugadas puntual se presenta a trabajar... Por favor no te precipites como siempre lo haces, el lo único que hace es trabajar de mas para poder armar tu nuevo hogar...
 
Ella sintió como todo se oscureció, soltó el teléfono, sus piernas temblaron y su peso no aguantaron, cayo al suelo, la cara sin gesto se deformo en un grito desgarrador, estaba media sentada, después histérica medio recostada, su cuerpo sumido en un incontrolable temblor, recostada exactamente igual... como dejo al infame traidor.
 
 



  

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