Lo desperto el bamboleo de la balsa en la que la deriva estaba, no
recordaba nada, solo tenia el sabor de la sal en su boca, el ruido de las olas
que golpeaban la balsa solo le informaba de la precaria situacion en la que
estaba...
Volteo y vio a otro pasajero de esa raquitica esperanza de mantenerse a
flote, estaba con dos remos luchando con el tiempo, intento levantarse pero un
dolor le cruzo todo el cuerpo, imposible el solo intentarlo.
-Que sucedió? pregunto el maltrecho pasajero
- Chocamos, con unas rocas nos estrellamos, el capitan como todos los demas
estaba ya demasiado tomado, todo fue en un instante, nadie se lo
esperaba...
- Pero de que hablas? que barco? que capitan y quien eres tu y como
llegamos aqui? pregunto angustiado quien no podia moverse
- Yo era el mozo encargado de la limpieza, le respondieron paciente, el
viaje era por parte de su compañia, era una fiesta creo que de despedida, todo
empezo desde que zarpamos, la celebracion era en grande, todos empezaron a retar
al capitan para que a todos se uniera, junto con sus dos ayudantes se perdieron
en la fiesta. Las horas pasaron, cuando menos lo pensaron contra algo nos
estrellamos, todo fue un caos, el barco en dos se partio, todos caimos al mar,
casi todos de inmediato se hundieron, estaban todos ya muy tomados, yo pude
subirme a esta balsa pero por la corriente no pude hacer nada por los demas,
usted estaba hundiendose cuando pase a su lado, lo pude levantar y ponerlo a
salvo a mi lado, la corriente nos arrastro y ahora solo los dos
quedamos...
La pequeña balsa bailaba sobre olas que reclamaban el botin que dentro
llevaba, mientras el espontaneo marino, ahora diestro en los artes del mar
guiado por puro instinto, luchaba por mantenerlos estables y a flote...
- No me puedo levantar, siento un dolor que me atraviesa todo el cuerpo...
Le comento el afligido pasajero al concentrado marino
- Tiene ambas piernas fracturadas al igual que uno de los brazos, intente
vendarlo pero no tengo forma de entablillarlo, solo hay estos dos remos pero son
lo unico que para salvarnos tenemos...
Los dias pasaron, noches y dias que parecian eternos, la balsa era de
salvamento por lo que contaba con agua y alimento, pero como todo lo que no se
renueva poco a poco todo se fue terminando...
El mal herido pasajero con los labios cocidos por el sol y la sal, con los
miembros del cuerpo ya sin sensibilidad, consciente de su proximo final solo
balbuceaba las pocas palabras que podia pronunciar, el atento marino, igual de
maltrecho pero con el cuerpo completo, no dejaba de remar, pero ya con menos
fuerza, los dos a punto de desmayar...
- Animo! le grito el marinero, ya veo tierra, parece una isla, nos vamos a
salvar!
Una luz de esperanza lleno al mal herido pasajero, intento levantarse pero
fue imposible, no solo por las heridas, la perdida de sangre y la falta de
alimento hicieron mella en el maltrecho cuerpo...
- En verdad? ya se ve tierra? como es, cuanto falta para llegar?.
- Vamos bien, la isla se ve un poco mas cerca, se ven algunas palmeras, no
se aprecia en detalle por que aun es mucha la distancia que nos separa.
- Entonces ya nos salvamos? pregunto con un hilo de esperanza colgado en un
gesto que intento ser una sonrisa.
- Si, ya nos salvamos! solo aguanta, la corriente nos acerca y nos aleja,
solo ten paciencia y pronto podran curarte...
- Gracias! solo contesto y vencido por el agotamiento se durmio.
- Despierta, no te duermas, no te dejes vencer, ya vamos a llegar...
- Ya no soporto el dolor, tengo mucha sed, platicame como la tierra se ve,
dejame por tus ojos ver, al menos alimentar mi esperanza en lo que tu
vez...
- Es una playa blanca, se ven muchos arboles y palmeras, debe haber mucha
agua porque atras se ve una vegetacion extensa.
- Gracias a Dios que nos hemos salvado! cuando crees que podamos llegar a
tierra?
- La corriente es muy fuerte, pero ya estamos mas cerca, no desfallezcas,
no te dejes caer ahora que ya estamos por esta tragedia vencer...
El mar impetuoso golpeaba la fragil balsa, el hombre mal herido solo
alcanzaba a ver agua en el sube-baja del mar picado, no alcanzaba a ver la isla
desde donde acostado estaba, ya no tenia dolor, de hecho ya no sentia nada del
cuello para abajo, solo percibia el intenso olor a sal, sus labios resecos
llenos de llagas, la lengua igual de seca, la poca agua ya se habia terminado,
el intenso sol tenia los cuerpos de esos hombres ya todos quemados, ambos a
punto de desfallecer, el aprendiz de marino era el encargado de dar vida a esa
arca llena de esperanza, solo el animo de mantener con vida a su compañero de
viaje le daba fuerzas para seguir adelante, pero ya no remaba, ya no tenia
fuerza con que hacerlo, ya solo era un movimiento de los remos que lo provocaba
la misma marea, si no fuera porque estaban unidos con la balsa ya se los hubiera
llevado el mar desde hace tiempo...
- No te duermas!, aguanta que ya estamos por llegar... Insistia el
improvisado capitan de esa precaria barca al mal herido pasajero...
- Ya no puedo mas, ya no siento el cuerpo... Contestaba quien tenia como
cara una deforme masa llena de ampulas provocadas por las quemaduras del sol,
todas reventadas e infectadas...
Las heridas de las piernas y del brazo de igual forma ya estaban
infectadas, eran fracturas expuestas en las dos piernas y el brazo fracturado
tambien estaba ya todo hinchado, era impactante lo mal herido que
estaba...
-Animo, ya estamos por llegar, ya se alcanza a ver unas cabañas al final de
la playa, seguro estoy que ahi te pueden aliviar...
Cada frase de animo generaban una esperanza que lo mantenía esos momentos
extra con vida, consciente estaba quien tanto lo animaba de lo mal herido que su
pasajero estaba, de lo infectado de todas sus heridas.
El mismo espontaneo marino ya tenia parte del cuerpo lleno de llagas por
las quemaduras del sol, uno de los remos se lo amarro con un calcetin y el otro
solo parcialmente lo podia agarrar, ya no tenia fuerza para nada mas.
Unas nubes en el horizonte se empezaban a formar, servian para aminorar el
castigo de ese sol incandescente, cruel verdugo decidido a cocerlos vivos
La noche llego, el mar igual de implacable contra esa pequeña esperanza que
por sus corrientes vagaba, negandose a ceder, negáadose a desistir, hasta ese
dia... Negandose a morir.
Amanecio, un nuevo dia pero solo para uno de ellos, el mal herido tuvo una
muerte tranquila, una muerte que llego como lo que ya tenia de vida, en un
suspiro...
El que aun se aferraba a la vida desmayado sobre su compañero de desventura
estaba, fue despertado por la lluvia de una tormenta que por la noche tomo
forma, junto como pudo agua de los charcos que se formaron en el fondo de la
balsa...
Bebio como pudo y con un trapo que en el agua empapo, humedecio los labios
de quien ya nada sentia, mojandolos una y otra vez mientras con otro trapo
mojado los ojos de su compañero tapaba, aun no sabia que ya era un cuerpo sin
vida....
-Agua mi amigo, agua que el cielo nos manda! ya vez como es solo cosa de
Fe!, vamos, bebe un poco! ahora que nos mandan esto no te rindas, descansa, no
hables, no digas nada, solo bebe y deja que el agua refresque tu cuerpo...
Siguio lloviendo todo ese dia, junto agua para tener con que beber, con
fuerzas renovadas se preparo para ponerse de nuevo a remar, de nuevo a su amigo
intento animar...
- Despierta, necesito que bebas, no te dejes vencer, no ahora que ya
tenemos que beber...
Lo movio y se dio cuenta que ya estaba solo en esa fragil esperanza
flotante, sintio como lo que le quedaba de vida al suelo se derrumbaba, todo la
fortaleza que lo mantuvo anclado a esos remos se esfumo, se derrumbo sobre ese
cuerpo inerte llorando como un niño, lloraba por el, lloraba por su amigo, por
todo lo que con su muerte se llevaba, entre todo, la poca fortaleza que le
quedaba para seguir adelante de esa tragedia...
Cansado de llorar con ojos que se rehusaban a lagrimas sacar, tan
deshidratado estaba que era un lujo que su cuerpo no se podia dar... Volteo a
ver al inmenso oceano, eran solo un grano de arena mas del inmenso mar que lo
rodeaba, su amigo no solo se llevo sus ultimas fuerzas para seguir luchando,
tambien con el se esfumo la inventada isla que dia a dia a su compañero
describia, nunca existio, solo se lo invento con tal de que mantenerlo vivo
aferrado a esta fugaz esperanza, un oasis que nunca existio pero que sirvio a su
amigo para darle esa fuerza que lo mantuvo con tiempos extras a su inminente
muerte...
El aprendiz de marino saco fuerzas para mantenerlos con vida, a el y a su
amigo... Ahora que su compañero habia partido sabia que ya no habia a nadie a
quien engañar, en medio del mar estaba perdido, su vaiven en el mar, como un
pendulo gigante, le decia claramente que el tiempo hacia su muerte estaba
corriendo.
No habia por que remar, no habia a donde remar, no habia un compañero a
quien alentar, no habia ya otra vida por quien luchar...
Arrojo los remos a un lado, hizo una oracion por el amigo caido y con la
ceremonia funebre mas decorosa que en su vida habia visto, el colega de
desventura al mar fue arrojado.
Ahora consciente de que ya no iba a ningun lado, a la vida dio gracias por
todo lo que le habia dado, pidio de nuevo por el descanso de su amigo y dando un
gran suspiro tomo aire y de cabeza al mar de la balsa se arrojo, con la poca
fuerza que tenia hacia el fondo nado, hasta que ya no pudo mas, entonces abrio
la boca, abrio sus pulmones y al inmenso oceano se entrego. Con esto ese
valiente y espontaneo marino esa cruda aventura junto con su vida... Termino
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