sábado, 18 de enero de 2014

Don Severo

Don Severo le decían, así era conocido por todos por su forma tan inflexible de gobernar, era el presidente municipal de una pequeña localidad, la ganadería era el ingreso principal de todos los que vivían en esa pequeña ciudad, todos se conocían, todos se respetaban, muchos de ellos le temían.
 
Él era joven de edad pero muy antiguo en su forma de pensar, aun soltero por no haber encontrado la mujer digna que mereciera ser su esposa, a todas las que conocía siempre les encontraba un defecto que las descartara.
 
En toda la comarca era conocido por su forma tan rígida de administrar, siempre en contra de los derechos de las minorías, muy marcada su tiranía, su forma tan despectiva de tratar a los demás, su discriminación hacia las gentes que le dieran color y variedad a esa ciudad.
 
La modernización llego y con ellos nuevos empresarios dispuestos a invertir en la prospera industria local, llegaron gentes de todas partes del país junto con algunos extranjeros dispuestos a arriesgar su dinero.
 
Don Severo estaba feliz por la naciente prosperidad, algunos representantes de las minorías oprimidas aprovechaban la oportunidad cuando alguna nueva avenida se iba a inaugurar para expresar el rechazo a esa rígida administración, eran líderes de la comunidad gay, del derecho de la mujer, de inmigrantes ilegales buscando legalizar su situación, a todos discretamente las fuerzas del orden callaban y en las cárceles se les enviaba, todos bajo cargos tan variados que pasaban meses encerrados, al final salían liberados, pero siempre todos golpeados...
 
De entre los nuevos empresarios extranjeros llego una guapa mujer, con mucha presencia, tenía algo que la hacía especial, diferente a las demás, no se podía explicar, era algo que ella emanaba de forma natural. Representaba un grupo de inversionistas, tenía un acento muy marcado que le daba un timbre muy cautivador en su forma de hablar, uno tono bajo que reflejaba seguridad, autoridad, esa voz fue para Don Severo lo que lo termino de cautivar...
 
Se dedicó a cortejarla en todo momento, no había evento donde no se hiciera presente si le informaban que ella era parte de los asistentes, la guapa empresaria al principio sus galanterías no le interesaban, estaba ahí para hacer dinero, no tenía la intención de buscar un compañero, su trato con Don Severo fue de lo más formal, sin buscar nada más.
 
Las nuevas empresas crecieron, los ingresos se fueron al cielo, para todos había una gran prosperidad, para esos que estaban alineados con esa cruda forma de gobernar.
 
Ahora las restricciones para expresarse estaban más rígidas, era simplemente impensable demostrar inconformidad de parte de las minorías, algunas desapariciones cumplieron el el mensaje enviado, el miedo se extendió por todos lados, ya nadie se manifestaba, ya nadie en contra de Don Severo hablaba.
 
Ahora por su pueblo orgulloso caminaba, los nuevos ricos le rendían pleitesía, ya no había grupos que ensuciaran la vista, ya no se veían degenerados abrazados caminando por sus calles, ya no se escuchaba esa lucha por el derecho de amar a sus iguales, ya no había grupos defensores de los animales, ya no se veían a los vagos de los inmigrantes ilegales, ya era unan sociedad limpia, prospera, orgullosa de acuerdo al criterio de ese ser tan severo...
 
El siguió en la caza de la bella dama, siempre insistente, las negativas la hacían aún más deseable, las sutiles muestras de admiración se hicieron cada vez más evidentes, ya para todos era claro lo profundamente enamorado que estaba su presidente.
 
Los detalles y atenciones hicieron su efecto, fueron compartiendo cada vez más momentos, las salidas a comer, a cenar, al cine, a bailar, en todos los eventos sociales siempre presentes, juntos, para todos ya su amor era algo evidente.
 
Ella solo le pidió que la respetara, que quería estar segura de sus sentimientos, los besos eran bienvenidos, abrazos, desnudos parciales, a todo él tenía acceso, menos a quitarle las bragas, eso nunca iba a pasar hasta que ella estuviera segura de que él era el hombre ideal...
 
Don Severo acostumbrado a las reglas impuestas a sin reparos accedió, lo que fuera con tal de ganarse por completo su amor, él se desvivía por hacerla feliz, no había omisiones de nada, detalles en todo momento, buscando ser perfecto, flores, regalos, llamadas, siempre y en todo momento presente...
 
Ella estaba feliz con tanta atención, pero aún tenía muchas dudas, había visto como trataba a quien estaba en su contra, la forma tan cuadrada de manejarse, de cómo muchas veces no le importaban sus semejantes, no quería ser solo un capricho que cuando se cumpliera fuera echada a un lado, tenía muchas desilusiones de hombres que le juraban estar de ella enamorados y cuando a sus pasiones accedía simplemente desaparecían...
 
Don Severo empezaba a desesperar, estaba feliz pero ya necesitaba llegar a mas, podía esperar, pero necesitaba ya de algo más.
 
Una de tantas noches, después de cenar fueron a la casa de ella, pasaron y frente al televisor se sentaron, el buen tinto que acompaño a la cena estaba en su sangre caliente, empezaron con leves besos que fueron subiendo de tono, las caricias, los abrazos, el calor llenaba esos cuerpos, la pasión reclamaba esos cuerpos...
 
Ella acariciándolo a él mientras le besaban su cuello, sus senos, ella consiente de sus necesidades hizo más atrevidos sus movimientos, le quito la camisa, le aflojo el cinturón y su mano bajo su pantalón le metió.
 
Don Severo estaba muy excitado, trato de quitarle la falda que ella tenía pero no lo dejo, la decidida mujer era quien llevaba la batuta en ese concierto de pasión.
 
Ella se levantó, frente a él se paró, se quitó la blusa, se quitó el top,  viéndolo a los ojos frente a él se hinco, le bajo los pantalones y con su boca el dio el mayor placer que Don Severo jamás se imaginó tener, ella concentrada, pegada hasta que el dio varios jadeos seguidos por incontrolables espasmos, hasta quedar completamente quieto, extasiado, ahora más que nunca profundamente enamorado. Ella sin prisas espero hasta estar segura que del todo termino, después fue al baño para asearse y con una sonrisa a su lado regreso.
 
Él estaba sin palabras, siempre tan formal en todas sus relaciones anteriores nunca le habían hecho tocar el cielo como se lo acaban de hacer, era algo que desconocía, jamás había sentido ese placer.
 
Ella se sentó a su lado, el la abrazo, así estuvieron por varios minutos, ambos digiriendo el nuevo paso, el nuevo giro que su relación estaba por dar.
 
Ella coquetamente le pregunto... Te gusto? el volteo y dándole un beso le respondió, Pudiste haberme dado mil regalos, las mejores palabras de amor, las mejores atenciones y todas juntas jamás hubieran logrado que te amara más como con lo que acabas de hacer.
 
Así siguieron por unos meses más, Don Severo ya no exigió nada adicional, no buscaba penetrarla, con lo que le daban tranquilamente aguantaba, seguían sin hacerlo por completo, con ese amor se sentía pleno. Pero su forma de tratar a los demás no cambio, ahora en cambio era más rígida su forma de gobernar.
 
Siguió esa relación, ahora eran inseparables, él estaba por cumplir cuarenta años, era ya el momento de formalizar, te tener una familia, de tener a quien heredar, la edad y la posición económica justa para de sus hijos disfrutar.
 
Salieron a cenar, fueron al mejor lugar, con un ambiente envuelto en una suave música de piano, bebieron champagne, para ella era una cena más, para él era el momento más importante de toda su vida...
 
Terminaron la cena, degustaron un exquisito postre, las copas siguieron, ella se paró para ir al tocador...
 
Regreso y él le dio su copa, le pidió un brindis por hacerlo el hombre más pleno y feliz del universo, ella le sonrió y la copa a sus labios se llevó.
 
Enorme fue su sorpresa al sentir que algo pegaba en sus dientes, era un hermoso anillo de compromiso coronado con un gran diamante, lo saco de su boca, la emoción la dejo muda, él se arrodillo y le pidió que fuera su esposa.
 
Ella acepto moviendo la cabeza, un nudo en la garganta le impedía hablar, está sumida en una profunda emoción, nunca se imaginó que alguien por fin pudiera darle ese hermoso lugar, con lágrimas en los ojos lo abrazo y un enorme beso le dio.
 
Esa noche se fueron a la casa de él, ambos se besaron y en la cama se acostaron, ella por primera vez en todos esos meses que estuvieron saliendo del todo se desnudó, lista para entregarse por completo, ahora como nunca segura de que eso era algo más que solo desear su cuerpo.
 
Esta vez fue Don Severo quien no acepto, ahora que estaban formalizando su relación quería seguir igual hasta que estuvieran casados, que eso fuera lo que marcara ese día... Quiero que solo siendo mi esposa seas mía.
 
Ella no le contesto, volvió a llorar con esa nueva emoción, no cabía en sí de felicidad.
 
Prepararon todo para la boda, las personalidades más importantes fueron invitadas, los empresarios más acaudalados confirmaron su asistencia, gente del extranjero, todos invitados de ella también de su llegaba avisaron.
 
Cuando estaban enviando las invitaciones ella le comento a Don Severo... Tengo algo que comentarte, entre mis grandes amigos hay gente que es Gay, sé que estas en contra de la diversidad sexual, pero es gente que conozco de hace muchos años, que siempre han sido amistades sinceras, siempre estuvieron conmigo, muchas veces alimento me dieron, gracias a varios de ellos pude hacerme empresaria.
 
Don Severo sintió como se le hacía un vacío en el estómago, si algo no comprendía, no aceptaba y profundamente rechazaba eran a esos pervertidos, esos depravados que se metían con gente de su mismo sexo, nunca lo acepto, no podía ni pensar en tener cerca a uno de esos degenerados...
 
Por prudencia no le contesto, se disculpó y de la habitación salió, ella sabía lo difícil que era para él su atrevida petición, pero no había nadie que deseara que estuvieran más presente en su boda que esos amigos que dieron todo por ella, gracias a ellos se hizo empresaria, por  ellos había ido a ese pueblo, gracias a eso conoció a su prometido y estaba por convertirse en una mujer plena al realizarse como esposa, no podía dejar de invitarlos, él lo tenía que comprender.
 
Pasaron unos días sin que tocaran el tema, la fecha de la boda se acercaba, tenían que tener la confirmación de todos los presentes, ella tomo valor y de nuevo el tema le toco... Mi amor, se lo difícil que es para ti lo que hace días te pedí, pero si no fuera por esos amigos no estaría aquí, ellos me hicieron la mujer que ahora conoces, me hicieron empresaria, me dieron toda su confianza, el fondo de dinero que manejo es todo de ellos, esto es algo que a todos les debo.
 
Don Severo vio a la mujer que tan profundamente amaba y sin decir nada solo accedió con la mirada asintiendo con la cabeza, ella lo abrazo y un gran beso le dio, ahora ya descansaba, esa era algo que la tenía intranquila, todo lo demás ahora ya no importaba, estaba a punto de ser una señora casada.
 
El día llego, la boda se efectuó, fue todo en detalle perfecto, la fiesta se realizó en un gran salón, de muy buen gusto arreglado, todos los asistentes muy elegantes, los invitados de la novia no dejaban de llorar, llamativamente vestidos le daban un toque especial al lugar, todos abrazando a la novia, ella también sin parar de llorar, una gran emoción, Don Severo con una sonrisa cortes amablemente a todos trato.
 
Por su parte el novio son sus invitados festejo, no paraba de hablar de todos los hijos que planeaba tener, de los nombres que les iba a poner, de las cacerías, campamentos y caminos que juntos iban a recorrer.
 
De hijos no hablaron los novios, el tocaba el tema en la fiesta y ella solo contestaba con una sonrisa, sin decir nada, sin darle continuidad al tema.
 
La novia fue a sentarse a la mesa de sus amigos, todos estaban muy emocionados, de nuevo la veían, de nuevo lloraban, uno se acercó y le pregunto... Él no sabe nada? y ella solo contesto, Sabe lo que tiene que saber, que soy una mujer enamorada y que voy a ser la esposa más dedicada.
 
Su amigo la vio y más lágrimas salieron, la abrazo y un beso en la mejilla le dio... Te deseo lo mejor, eres el sueño hecho realidad de todos los que estamos en esta mesa, todas como tú soñamos en algún momento convertirnos en mujer, pero tú nunca te conformaste con solo ser una bella transexual convertida en empresaria. Ahora tienes un esposo formal, toda una mujer casada con una nueva identidad...
 
 
 
 
Cuento de boda, Novia


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